Te acuerdas de cuando empezaron los amaneceres.
Siento que la madrugada nos hizo más fuertes
y luego la charla tranquila entre gotas
las migas hicieron su parte.
Luego se juntan las sillas,
las voces se duermen.
Y siento las lagrimas
caen pero no tienen nombre.
Y creo que tu confusión,
te la quito en un baile.
En eso consiste la libertad
en no renunciar a entregarte más.
Tú a mí me gustas tal como eres
si a ti te pasa lo mismo y quieres
nos vamos para adelante y llegamos hasta el final.
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